Lágrimas.



Una lágrima bajó por su mejilla a la velocidad de la mano que ahora mismo le atizaba la cara. Abrió los ojos sorprendida, mientras aún le quemaba la cara de tanto llorar. Y entonces no fue capaz ni de llorar, corrió hacia su habitación, cogió su chaqueta y marchó en silencio, con el único sonido de las huellas de sus pasos rápidos en el suelo como banda sonora de su marcha. Llevaba algo de dinero en el bolsillo pero de pronto, se vio sola en medio de la calle, la noche caía encima de sus hombros y ella sin darse cuenta, empezó a llorar. Y una persona se le cruzó por la mente. La única a la que quería ver, la única que quería que le abrazara hasta quedarse dormida y olvidarse de todo. Y echó a andar.

Y dicho esto, se derrumbó, y empezó a recordar todo palabra por palabra, mientras su hombro quedaba mojado por todas las lágrimas que caían ahora sin freno alguno. Vio que cada vez más, la compasión se reflejaba en sus pupilas. Ella insistió en que no hacía falta que le ofreciera toda la vida, que simplemente con haber estado ahí ese momento, le había bastado. Realmente, necesitaba quedarse allí. De nuevo.

No podía, no debía, pero se moría por hacerlo. Así que se recordó, y esta vez la distancia entre ambos labios se volvió invisible.

Frío.



Quizás el hecho de que esté aquí sola tenga algo que ver con el frío que cala en mis huesos. Un frío helado que lo destruye todo y congela cada parte de mi cuerpo. Y de pronto, casi no puedo moverme, paralizada enfrente de la nada y con un solo pensamiento en la cabeza: quiero tirar atrás el tiempo.

Ojalá supiera como se hace, ojalá fuera tan fácil como retrasar las manecillas de un reloj y así poder abrazarte una vez más. Así quizás nunca me arrepentiría de no haberte dado los suficientes. Yo no te habría dejado escapar, habría retrasado los minutos una y otra vez para volver a ver tu fortaleza y hubiera roto el cristal para que ese instante permaneciera para siempre. No es justo que tenga que estar aquí fuera de tu lado sólo porque el tiempo pasa y alguien decidió una vez que nada dura eternamente y que todo lo que empieza, tiene que acabar. Yo sólo quiero enlazar finales, que éste sea el principio de otra historia completamente mejor y que tú seas protagonista de cada una de ellas.

Yo sólo quiero tenerte cerca una hora al día y saber que sigues aquí.

Pero ahora mismo, ese frío que arrasa con todo me impide hasta pensar en ti. Y aunque no tenga nada a mi alrededor, todo lo que me rodea me lleva a echarte de menos.

Cinco.



Faltas tú. Tú no puedes notarlo pero me faltas, eres como una especie de molécula en el oxígeno que no existe y hace que me ahogue de manera inexplicable.

Faltas en cada sonrisa y en cada mirada perdida en la nada.

Faltas en esta casa Me faltas en tu parte del baño y en tu plato, tu tenedor y tu vaso.

Me faltas cuando me levanto llorando, cuando necesito un abrazo, cuando me acuesto con el corazón en la mano. Cuando me besan, porque no son tus regaños los que escucho. Me faltas cuando me dicen que me ponga las zapatillas, porque simplemente nadie podrá parecerse ni una milésima parte a ti.

Me faltas cuando son solo mis pasos los que resuenan en casa y cuando cruzo el semáforo en rojo y tu me regañas. Me faltas porque siento que estoy sola, que aunque esté rodeada de gente y de amigos, estoy sola porque tú no estás. Y porque quizás sin ti, yo tampoco sea yo.

Me faltas en todas partes. Me faltaste ayer, hoy y mañana. Me faltas porque casi ni recuerdo como eras.

Me faltas. Es casi una necesidad física. Necesito tenerte al lado. Te necesito a ti.

Todavía.



No sé porqué me he puesto a escribir hoy, ni ahora.

No puedo dejar de pensar en ti, quizás el problema es que ni siquiera lo he intentado pero aun así, en el fondo quiero dejar de sentir esta revolución en el estómago cada vez que veo tu sonrisa en una foto, en un recuerdo.. Me duele pronunciar tu nombre y me duele recordarte. Parece como si esta vez fuera real que mi corazón se rompió cuando te vio marchar.

No podía pensar en nada que estuviera relacionado contigo, porque sentía en el pecho que algo me oprimía, que era verdad que esto de querer a alguien dolía.. Pero todo me recordaba a ti.

Es el problema, algún día quiero que me enseñes como fuiste capaz de llenarme tanto con tan poco.. ¿Como? No sé, llega un punto en el que me pregunto si no me estaré volviendo loca y simplemente me esfuerce en recordar lo que decías, lo que hacías, como sonreías.. Porque entonces yo era la persona más feliz del mundo, y puede que quiera seguir sintiéndome así. Pero ahora es distinto porque después de cada recuerdo feliz llega como un hachazo la consciencia de que ya no estás aquí de verdad, de que no voy a volver a verte jamás. Aunque me muera por hacerlo ni va a pasar ni quiero que pase, no debe suceder, y sólo a veces soy capaz de entenderlo. Creo que jamás terminaré de creerme de que ya no voy a volver a hablarte ni a reírme contigo, ni volverás a tocarme, ni a preguntarme estupideces con tu voz.. Joder, adoraba tu voz. En realidad adoraba todo lo que hacías y dejabas de hacer, jamás me había visto tan dispuesta a dejarlo todo por nadie, a hacer lo que hiciera falta.. Absolutamente lo que fuera.

Ves, sigo dándole vueltas al tema. ¿Porqué no soy capaz de asumir que se ha acabado? Nunca se gana la primera vez, y quizás dentro de mucho tiempo cuando vuelva a sentir algo parecido, salga bien. Creo que merezco de una puta vez que las cosas me salgan bien, dejar de sentir este vacío dentro. Pero si sigo atada a tu recuerdo es imposible que lo consiga. Pero es que no puedo desatarme, es que no quiero hacerlo.. Y entonces ¿qué hago? Si aunque sea un segundo, todavía no hay nada ni hay nadie que me haga sentir igual aunque sea al pensar, al recordar...

No sabes cuanto me jode, y prefiero que no tengas ni idea y que pienses allá dónde estés que tampoco sentía tan poco. Que ni con mil kilos de amnesia te puedo olvidar.